domingo, 10 de marzo de 2013

Arribar

De las 10 formas existentes para llegar a mi destino, escogí la peor, a través de ti. A través de tus labios, de tus lunares incontables, esos que tanto detestas; a través de altos edificios azules que conducen a ventanales rotos en departamentos donde habitan fantasmas de gatos; a través de tantas palabras de amor vacías servidas con miel de maple.

El camino me conduce a través de besos en la frente, de abusivas miradas, de incontables noches de espejos quebrados que nos astillan los pies, de cariño que lacera nuestras manos que reniegan su desprendimiento, manos que sangran como si algo impeliera a cesar el pulso inequívoco.

Y, sobre todas las cosas, la distancia es tu nombre, que cada noche no puedo evitar repetir cuando conduzco sobre las líneas neón que titilan cuando alzo la mirada esperando arribar a mi destino.